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Como en la guerra

Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1977.

Traducida al inglés.
Publicada en Argentina, México, Cuba y Estados Unidos.
Reeditada en Argentina y en Estados Unidos.
Integra los volúmenes mixtos Trilogía de los bajos fondos y Strange Things Happen Here, Twenty-Six Short Stories and a Novel.

Contratapa (edición 1977):

“El deseo es una pregunta cuya respuesta no existe”, escribió Luis Cernuda. Esta novela, esta aventura verbal de Luisa Valenzuela, describe las etapas de una busca impulsada por el deseo de un encuentro: el del yo consigo mismo. El protagonista de Como en la guerra se busca en los otros, en el mundo. Buscarse es salir de sí para mirarse desde fuera y regresar a sí. Fases de un viaje incesante. Primero, en Barcelona, el protagonista procura entender (entenderse) durante varios encuentros y sesiones seudo psicoanalíticas con una mujer, sesiones a las cuales acude a veces disfrazado de mujer. Travestismo y transexualidad son formas de acceso al otro, a un yo diferente pero especular que quizá refleje la identidad deseada. La segunda etapa transcurre en México: una inmersión en el tiempo del mito, del fluir permanente sin desplazamientos cronológicos. Tercera etapa: Buenos Aires. Un Buenos Aires que no pierde la inmediatez de lo real pero que también se exalta en una vertiginosa alegoría.

Otro nivel de indagación es fundamental en esta novela de Luisa Valenzuela: el lenguaje mismo. “Escribir es la incesante interrogación que los signos hacen a un signo: el lenguaje” (Octavio Paz). Buscarse es concebirse como una realidad oculta que sólo puede revelarse al nombrar. Es decir, nueva busca, nuevo deseo de quien anhela esa palabra imposible y definitiva que designe y descifre a la vez”. (Enrique Pezzoni)

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Medios:

Mantengo la misma curiosidad por explorar caminos impensados: Valenzuela, en La Jornada (08/10/09).

Como en la guerra, de Luisa Valenzuela. Por Nelly Martinez, en Revista Iberoamericana ( Vol. XLIV, Núm. 102-103, Enero-Junio 1978).

Para leer. Como en la guerra, de Luisa Valenzuela.
Por la Redacción, en La Capital (25/11/09).

Esta novela de [FCE] Luisa Valenzuela describe las etapas de una búsqueda impulsada por el deseo del encuentro con uno mismo. Primero en Barcelona, el protagonista procura entenderese durante sesiones psicoanalíticas, la segunda etapa transcurre en México y la tercera en Buenos Aires, siempre a partir de experiencias. Con una prosa fluida y un lenguaje que se asejmeja a un guión teatral o cinematográfico, la autora da cuenta de las contradicciones y sentimientos de la condición humana.

Búsqueda, viaje y psicoanálisis.
por Alfredo Andrés, en La Opinión (1977).

Cinco libros en poco más de diez años señalan la vertiginosa trayectoria de Luisa Valenzuela, instalada -desde el primero al más reciente- en la búsqueda de una identidad que siempre se homologa con el hombre de este aquí y ahora, pero desde una perspectiva en la que la anécdota no es otra cosa que un pretexto para delinear un lenguaje preciso, protagónico.

Cuando aparecieron los cuentos agrupados bajo el título de Los heréticos (Paidós, 1967), Juan Filloy, el autor de Op ollop, le escribió: “Por favor no toque su estilo. Es de una acuidad excepcional. Semejante a una pelota nueva de goma, pica, salta, rebota con tanta vivacidad que da gusto verlo actuar en los temas más diversos”. Filloy no se equivocaba al detectar ese idioma, cuya aparente fragilidad resulta en Luisa Valenzuela un aguzado instrumento a partir del cual ella planea hacia distintos niveles de conocimiento.

Todo esto ya se había vislumbrado en su primera novela (Hay que sonreír, Americalee, 1966), desarrollándose luego en El gato eficaz (novela publicada por Joaquín Mortíz en 1972, cuyo eje es un alucinante paseo por el Village neoyorquino y en los cuentos de Aquí pasan cosas raras (De la Flor, 1975), con la Argentina lopezreguista como telón de fondo.

Como en la guerra es la última vuelta de tuerca de Valenzuela en lo que se refiere a la búsqueda de la identidad. Aquí hay un protagonismo cierto, pero manejado con amplitud suficiente como para exceder los términos de un solo individuo.

Un protagonista que busca algo y se busca, además, en un plano exterior, físico, por callejuelas de Barcelona, de Buenos Aires, de México. Pero también, en otra dimensión, que supera los límites que marca el cuerpo humano y va llegando al lector a través de sucesivas invocaciones: sesiones psicoanalíticas con una mujer a la que el protagonista acude disfrazado de mujer; constantes recurrencias al mito (una saga precolombina; la Difunta Correa).

A la manera de otras obras de la literatura universal, Como en la guerra es la historia de un viaje. Pero aquí se sugiere que el remate de un recorrido no es el punto de llegada, y que un viaje se explica, en fin, sólo en sí mismo.

Como en la guerra de Luisa Valenzuela
por Inés Fornaso, en La Capital (1978).

Esta joven y ya consagrada escritora argentina que nos tiene acostumbrados en sus obras al uso de un lenguaje nada convencional, casi podríamos afirmar entrañablemente intrincado, profundamente coloquial, nos ofrece con esta nueva novela la posibilidad de transitar de su mano por un sendero alucinado y alucinante. El protagonista, en los tres escenarios elegidos: Barcelona, México y Buenos Aires, sobrelleva un arduo itinerario en busca, quizás, de su yo más recóndito, las secuencias dramáticas se suceden sin interrupción, casi diríamos en parto de avalancha. La anécdota fluye, rica y apunta a una universalidad que sobrecoge. El misterio no se diluye jamás: los interrogantes quedan planteados frente a una infinita posibilidad de respuestas. El estilo, reiteramos, singular, se afirma en cada párrafo. Vaya éste como ejemplo: “si el amor es un poco la muerte -una pequeña muerte-, la muerte es puro amor, el gran orgasmo cósmico. Todo esto se lo va diciendo en los breves momentos en que tiene conciencia de la busca y entonces se pregunta si será que la está buscando a ella o si estará buscando su propia muerte a través del amor. Ella tan viva, proteica, protoplasmática, proclive, ¿no será también la muerte? Porque sí, porque cambia, porque puede ser todas y se convierte en todos. El también ha sido todos y todas para ella y ahora sólo es esto: unas uñas largas para hundir en la tierra y al escarbar a fondo descubrir qué es lo que separa a los mortales. El aire es como el agua, nos aísla, y la comunicación se hace casi imposible porque los sonidos no atraviesan las paredes del aire y entonces ¿qué? ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde?, y las otras preguntas inútiles que tan sólo conciernen a los vivos”. Recapitulando: Como en la guerra es un libro para releer, pues nunca se lo habrá explorado lo bastante como para trascenderlo por completo. (Editorial Sudamericana).